Este gabinete está especializado en terapia de pareja y dependencia emocional. Los problemas de dependencia emocional son más frecuentes de lo que puede parecer, y sus síntomas son claros y fáciles de identificar. Suelen experimentarse respecto a personas de nuestro entorno íntimo, familiares, amigos o especialmente con las parejas. Normalmente el padecer dependencia emocional de una pareja es indicador de que uno sufre dependencia emocional de otras figuras afectivas como los padres o los amigos más cercanos:
Hay que resaltar el miedo a la separación, la necesidad de tener localizada constantemente a la persona y sentirse en contacto con ella, lo que se traduce en llamadas o mensajes frecuentes, que en muchos casos no obtienen respuesta, o la respuesta se recibe con ambigüedad, sin que a uno le transmita la seguridad que busca en el otro. La falta de respuesta suele ser bien por la inmadurez de la contraparte o por que siente las llamadas como un acoso o un agobio que le resulta pesado.
La necesidad de estar en contacto con la persona y tener su atención se asocia a una angustia de separación, ansiedad o pena marcada, de manera que uno no consigue ser feliz y disfrutar si no es a través de esa persona, de estar con ella o sentir que le presta a uno atención y que le da su afecto. Las personas con dependencia emocional suelen necesitar organizar planes de cara a un futuro próximo que aseguren el contacto y la vinculación con ellas. Les cuesta despedirse de un plan o un encuentro sin afianzar el compromiso para el siguiente, como si temieran que se les pudiera escapar el vinculo y no volver a recuperarlo.
Obsesión con la persona, necesidad excesiva de gestos de aprobación por su parte, de reafirmar la relación, la amistad, el amor, sensación de que no le quiere lo suficiente o de que no le presta la suficiente atención, o que no le demuestra el afecto como debería. Quejas y exigencias sobre falta de detalles de cariño, afecto o atención, estar constantemente pendiente de si le miran, le sonríen, le llaman, le aprueban o le mensajean a uno. La persona dependiente esta demasiado pendiente de complacer al otro, manifiesta un amor desmedido y suele hacer constantes regalos y detalles que comprometen al que los recibe.
Idealización de la persona de la que se depende, lo que lleva a sobreestimar sus cualidades y en consecuancia infraestimar las propias. La obsesión con esta persona cursa con una marcada idealización que lleva al dependiente a adoptar una posición de vasallaje amoroso con la persona amada, por lo que trata de complacerla constantemente en todo por el miedo a que si la contraría le rechace. Cuando se rompe esta idealización se pasa al otro extremo, de manera que tras una riña puede pasara odiar a la persona y lo que antes era maravilloso ahora es detestable. Esto provoca una dinámica de rupturas y reconciliaciones movidas por la idealización y la contraidealización alternantes.
Miedo a la soledad y la ruptura, sensación de que sin esa persona uno no puede ser feliz, disfrutar o salir adelante en la vida. Sensación de que el mundo es gris y triste cuando falta esa persona, expectativa constante del momento en el que uno puede volver a verla y estar con él o ella. Rechazo del resto de cosas de la vida por el deseo de estar con esa persona, convertirla en el centro de los intereses, las actividades y la propia vida. La persona de la que se depende se convierte en el centro de gravedad de la vida psíquica del afectado, todo gira entorno a esa persona.
Sensación de que esa persona y la forma de relacionarse con ella es perjudicial o inconveniente para uno, sensación de que le falta al respeto, de que abusa de uno, lo manipula o lo maneja a su antojo. Sensación de que no se puede romper la relación o separarse de esa persona a pesar de sentirse mal por el trato que se tiene, o por tener un contacto viciado. Insatisfacción con la relación que se mantiene, pero inseguridad ante la idea de tener que dejar la relación. Esto lleva, en muchos casos a entrar en un ritmo de rupturas y reconciliaciones alternantes por el hecho de no se encuentra la armonía buscada con la otra persona pero al romper uno se siente profundamente angustiado: «ni contigo ni sin ti».
Vasallaje sentimental, amar a un apersona con perfil narcisista y dominante que adopta una posición de superioridad en la pareja o respecto a la que se adopta una posición de inferioridad. El dependiente suele sentir que no le corresponden como deberían, que la otra persona no está tan enamorada como uno lo está, y que desde esa posición de seguridad juega con sus sentimientos y lo manipula. El dependiente también padece un problema de narcisismo por la fijación obsesiva que suele tener con su pareja, y seguramente en alguna de sus relaciones anteriores ha adoptado una posición de superioridad con personas que han adoptado hacia él/ella el mismo papel que él/ella adopta hacia su actual pareja.
No tener independencia doméstica y económica. Las personas con dependencia emocional suelen presentar una marcada dependencia infantil en lo doméstico y lo económico, ya sea por no ganar dinero, o ganarlo al amparo de una empresa familiar o de una pareja. Los casos pueden ser diversos: una mujer que es ama de casa y depende del dinero del marido, un marido que gana dinero pero depende absolutamente de su mujer en el plano doméstico, una hija que esta casada pero no terminó su carrera por haber entrado a trabajar en la empresa del padre, un hijo que ha terminado la carrera, trabaja en la empresa familiar y aún vive en casa de los padres, etc. Es decir, la dependencia emocional esconde una incapacidad de valerse uno por si mismo no solo en el plano sentimental sino también en el doméstico y el económico.