La dependencia emocional es un padecimiento muy frecuente en el mundo actual que nos impide ser felices, ya que condiciona nuestro bienestar a la atención y aprobación que nos dan otras personas. Se suele manifestar como angustia o tristeza cuando uno está separado de una persona querida, cuando esta persona no nos da la aprobación que necesitamos, no nos presta la atención que demandamos o no nos hace todo el caso que quisiéramos. La dependencia emocional se origina en la alteración de los apegos infantiles, de manera que en el presente se suele vivir con figuras de afecto como los padres, los familiares más cercanos, los amigos y, especialmente, la pareja. A la modalidad de dependencia emocional de pareja se le llama codependencia, y es quizá la principal forma en la que se manifiesta la dependencia emocional.
Superar la dependencia emocional requiere en primer lugar tomar conciencia de ella, reconocerla y aceptarla, ya que este problema, especialmente en las relaciones de pareja, se suele confundir fácilmente con el amor. Esta confusión es muy frecuente en la persona que padece dependencia emocional con la pareja, ya que cree que su preocupación y su angustia de separación con la persona amada es un indicador del intenso y sincero amor que le tiene. También suele pasar con la dependencia emocional entre padres e hijos, particularmente en los padres controladores y absorbentes que tienen dificultades para desvincularse de los hijos, padres sobreprotectores de hijos miedosos, inseguros y demasiado vinculados. Este tipo de padres suelen educar a hijos a su vez, sin quererlo, como personas dependientes, es decir, personas que no son felices a no ser que estén en constante contacto con la persona de la que dependen, lo que produce en la otra persona una sensación de agobio que no hace más que alejarla de uno.
Una vez se ha aceptado la propia dependencia emocional esta requiere de un tratamiento psicoterapéutico, ya que es necesario entrar en el mundo emocional de la persona para ver cuáles son el tipo de vinculaciones que establece, con qué figuras y en que experiencias se han generado estos apegos infantiles. A medida que se profundiza en este análisis se van estableciendo pautas de acción para vencer ciertos aspectos del propio comportamiento que mantienen la dependencia. Generalmente este padecimiento cursa con ciertos hábitos de vida más propios de un adolescente que de un adulto, por lo que es importante revisar el nivel de independencia social, doméstica, económica, y laboral. En todo caso superar la dependencia emocional supone asumir el proceso psicoterapéutico correspondiente para empezar a ordenar la propia vida y corregir ciertos aspectos infantiles del comportamiento social y emocional que uno tiene. Además, es particularmente importante trabajar con técnicas de autocontrol para vencer la dependencia emocional y los niveles de angustia que esta suele generar en la persona cuando trata de desengancharse de aquellas personas de las que depende. La combinación de la terapia analítica, las técnicas de autocontrol y el cambio progresivo de pautas de vida van permitiendo que uno venza este problema y descubra una nueva forma más libre y satisfactoria de relacionarse con los demás.