Actualmente el desarrollo del sector aeronáutico ha hecho del transporte aéreo algo absolutamente habitual. Sin bien hace unos años el volar era algo reservado a ciertas clases sociales y a ciertos sectores profesionales, hoy en día se ha convertido en algo no solo accesible a todos sino casi imprescindible, tanto en lo profesional como en lo personal. El poder coger un avión de manera tan accesible es una gran ventaja para todos, pero para algunos puede suponer un auténtico problema. La razón de esto es lo que se llama la aerofobia, fobia a volar o fobia a los aviones, un miedo excesivo e irracional a volar en avión, ya que esta supone una barrera aparentemente infranqueable para ciertas personas. Generalmente la persona que padece aerofobia sufre una especie de ataque de ansiedad que se va haciendo progresivamente más fuerte e insoportable a medida que el momento del embarque se acerca. El nivel de malestar depende de cada uno, ya que hay personas que sufren niveles tolerables que no les impiden tomar el avión, aún pasándolo mal durante el vuelo, mientras otras no pueden siquiera acercarse a la puerta de embarque.
La aerofobia supone un auténtico problema, especialmente a profesionales que tienen que desplazarse por motivos de trabajo, y que los tiempos establecidos o las distancias impuestas por sus requerimientos no son salvables en otro medio de transporte como el coche, el tren o el autobús. Suele estar relacionada con la claustrofobia, miedo a espacios pequeños, y en ocasiones a la agorafobia, miedo a espacios grandes o situaciones de las que uno no puede salir y escaparse fácilmente. Estos son los casos generales y más típicos, junto al simple miedo a la catastrofe y la muerte, que pueden tener ciertas causas identificables en la vida del sujeto, pero además de ellos existen otros casos más específicos referidos a situaciones traumáticas que ha vivido la persona, que hacen que su aerofobia responda a motivos diferentes del miedo a espacios cerrados o inescapables. Sea el caso que sea, el miedo a volar tiene un tratamiento muy concreto que permite a las personas que la padecen superarla sin problemas y poder volar en avión con toda la tranquilidad y comodidad que desean.