Nº Colegiado G-3676

Rúa da Ronda de Don Bosco, 41, of. 5-6, Vigo

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Psicólogo en Vigo para Dependencia Emocional (codependencia)

En Vigo, si buscas un psicólogo especializado en dependencia emocional, estás en el centro adecuado. En Fipsicología Vigo atendemos tanto presencial como online, con un enfoque profundo para ayudarte a recuperar tu autonomía emocional y autoestima.

¿Qué es la dependencia emocional?

La dependencia emocional es un padecimiento muy frecuente en el mundo actual que nos impide ser felices, ya que condiciona nuestro bienestar a la atención y aprobación que nos dan otras personas. Se manifiesta como angustia o tristeza cuando uno está separado de una persona querida, cuando esa persona no nos da la aprobación que necesitamos o no nos presta la atención que demandamos.

Su origen se encuentra en la alteración de los apegos infantiles: vínculos inadecuados con padres, familiares cercanos o figuras de afecto, que luego se repiten de forma inconsciente en la edad adulta, especialmente en la pareja. Cuando esta dependencia se da en la relación de pareja, hablamos de codependencia, la forma más común de manifestación.

Causas profundas de la dependencia emocional

La dependencia emocional se origina principalmente en la infancia, a partir de apegos inseguros o alterados con figuras significativas como los padres. Padres controladores, absorbentes o sobreprotectores dificultan que los hijos desarrollen una autonomía emocional sólida.

Estos niños crecen acostumbrados a necesitar la validación y el afecto constante de otros para sentirse bien consigo mismos. En la adultez, este patrón se repite con amigos, familiares y, sobre todo, en la pareja.

En realidad, la dependencia emocional implica estar pendiente de algo o alguien para experimentar bienestar. Muchas veces no dependemos tanto de la persona en sí como de la química neurofisiológica que se activa con su presencia: hormonas, neurotransmisores y emociones que generan una falsa sensación de seguridad y pertenencia.

Por eso, la dependencia emocional no es solo un asunto psicológico: afecta también al sistema nervioso y puede abordarse de forma efectiva mediante técnicas de relajación, autocontrol y terapia psicofisiológica que ayuden a equilibrar ambos hemisferios cerebrales y restaurar la independencia interior.

Analizaremos la causa real de la dependencia emocional que padeces.

Síntomas y señales de alerta

Los síntomas de la dependencia emocional son claros y fáciles de identificar. Suelen experimentarse respecto a personas del entorno más íntimo: pareja, familiares o amigos cercanos. En la relación de pareja, estos síntomas suelen confundirse con muestras de amor intenso, cuando en realidad son señales de apego patológico.

  • Miedo intenso a la separación: necesidad de saber siempre dónde está la otra persona y mantener contacto constante.
  • Angustia y ansiedad: tristeza o inquietud marcada cuando no se recibe la atención esperada.
  • Obsesión por la aprobación: revisar llamadas, mensajes y gestos de cariño; necesidad de reafirmar continuamente la relación.
  • Idealización extrema: sobrevalorar las cualidades de la pareja y minusvalorar las propias, entrando en dinámicas de dependencia y sumisión.
  • Planificación obsesiva: dificultad para despedirse de un plan o encuentro sin dejar atado el siguiente para no sentir miedo a perder el vínculo.
  • Rupturas y reconciliaciones continuas: alternar momentos de idealización con enfados o rupturas impulsivas, para luego volver a buscar el contacto.
  • Vasallaje sentimental: amar a personas con perfil narcisista o dominante, sintiéndose manipulado o infravalorado.
  • Falta de autonomía doméstica y económica: depender del otro no solo emocionalmente, sino también en aspectos prácticos de la vida cotidiana.

Estos síntomas muestran cómo la dependencia emocional puede enredar la vida de una persona, generando relaciones tóxicas, sufrimiento y sensación de vacío cuando la otra persona no está presente.

Codependencia y amor libre: la confusión moderna

Una forma cada vez más extendida de falso amor es lo que suele referirse como amor libre, una forma de entender la relación de pareja como un compromiso abierto en el que cada amante se quiere reservar el derecho de poder acceder a un surtido grupo de amigos del sexo opuesto, u otras posibles parejas y terceras personas que pudieran surgir por el camino.

Estas personas suelen mantener a su pareja fuera de su círculo de amistades o de sus salidas nocturnas y, en caso de compartirlas, las discusiones por celos a raíz del contacto con terceras personas, amigos, conocidos, antiguas parejas, es muy frecuente. Este tipo de concepto sobre el amor suele darse en personas que no aman de verdad y se dedican a parodiar de una forma adolescente lo que debería ser un amor que se entrega de forma sincera pero libre por el hecho de no exigir, manipular o atar a la pareja.

El libertinaje moral que se promulga cada vez más en la sociedad pretende hacer creer a las personas que están muy liberadas emocional y sexualmente cuando esto no es más que un barniz superficial, ya que un cambio de concepciones sociales no se traduce con la misma prontitud en un cambio de concepciones psíquicas de la población. Aun así, las personas creen que aman libremente y sin ataduras, convirtiendo este ideal en una parodia infantil según la que los amantes interpretan el amor libre como la licencia para tener muchos amigos especiales, llegando al derecho a roce con algunos de ellos, normalmente a escondidas y sin que nadie lo sepa.

Este principio de dispersión y de falsa libertad amatoria genera intensos sufrimientos y desavenencias en las parejas, que sufren todo tipo de conflictos por los celos y la desconfianza mutua. Esta problemática enraíza en carencias personales de tipo afectivo e infantil, por lo que requiere del debido análisis y tratamiento psicoterapéutico, ya que cada parte de la pareja proyecta su propio vacío afectivo y la desconfianza consecuente sobre la otra parte.

La pareja que vive en constante conflicto por las amistades especiales que los miembros mantienen con personas del sexo opuesto, jamás alcanza la armonía y la felicidad amorosa, ya que normalmente suelen ser coqueteos encubiertos que se justifican con lo que pretende ser una amistad que en realidad esconde otras motivaciones ocultas de tipo afectivo y sexual. La hipocresía de la gente simplemente cambia el nombre de las cosas para tener la conciencia tranquila y poder seguir realizando sus fantasías y sus deseos frustrados con terceras personas, personas a las que siente que no puede acceder si no es bajo el signo de lo que es una falsa amistad que no es más que un tonteo infantiloide.

Muchas veces el WhatsApp o los chats de las redes sociales suponen el medio perfecto para encubrir este tipo de relaciones y poder mantener relaciones paralelas con terceras personas de las que se espera que realicen los propios deseos e idealizaciones frustradas. Así, las mujeres se envician con el hecho de conseguir el mayor número de hombres que les chateen y les den su aprobación a través de los contenidos que cuelgan en las redes mediáticas, normalmente fotos en las que exhiben su belleza; y los hombres se envician en el deseo desenfrenado de poder acceder a chicas a través de los medios a las que en su vida ordinaria no tienen acceso.

En la calle, el hombre buscará bromear simpáticamente con cajeras de supermercado, dependientas de tiendas de moda, compañeras de trabajo; mientras que la mujer tratará de atraer la atención de cuantos más hombres mejor de su entorno, de los cuales no quiere más que tener la sensación de resultar atractiva para subir momentáneamente su autoestima. Estas son formas de escapar del aburrimiento que despierta la propia relación de pareja y las frustraciones de un amor infantil entre dos personas inmaduras que dependen emocionalmente una de otra y no se atreven a dar el paso a reconocerlo y separarse. En lugar de esto, prefieren jugar al amor secreto disfrazado de mil formas, un amor que jamás llega a realizarse en su auténtica plenitud por no suponer más que un engaño

Cómo superar la dependencia emocional

Una vez se ha aceptado la propia dependencia emocional, esta requiere de un tratamiento psicoterapéutico, ya que es necesario entrar en el mundo emocional de la persona para ver cuáles son el tipo de vinculaciones que establece, con qué figuras y en qué experiencias se han generado estos apegos infantiles.

A medida que se profundiza en este análisis se van estableciendo pautas de acción para vencer ciertos aspectos del propio comportamiento que mantienen la dependencia. Generalmente, este padecimiento cursa con ciertos hábitos de vida más propios de un adolescente que de un adulto, por lo que es importante revisar el nivel de independencia social, doméstica, económica y laboral.

En todo caso, superar la dependencia emocional supone asumir el proceso psicoterapéutico correspondiente para empezar a ordenar la propia vida y corregir ciertos aspectos infantiles del comportamiento social y emocional que uno tiene. Además, es particularmente importante trabajar con técnicas de autocontrol para vencer la dependencia emocional y los niveles de angustia que esta suele generar en la persona cuando trata de desengancharse de aquellas personas de las que depende.

La combinación de la terapia analítica, las técnicas de autocontrol y el cambio progresivo de pautas de vida van permitiendo que uno venza este problema y descubra una nueva forma más libre y satisfactoria de relacionarse con los demás.

La dependencia emocional consiste en estar enganchado de algo, prendido afectivamente a algún objeto, situación o persona, de manera que no podemos encontrarnos alegres y a gusto en su ausencia. El término dependencia viene del concepto «estar pendiente» de algo, que a su vez significa estar excesivamente apegado a algo, lo que se expresa popularmente como «estar colgado de alguien», «estar pillado, prendido o enganchado».

Cuando se habla de dependencia emocional se hace especial referencia a la dependencia de otras personas, sean amigos, parejas o familia. Las dependencias de sustancias o de objetos como las nuevas tecnologías esconden, en el fondo, dependencias de personas, es decir, dependencias de figuras afectivas significativas en nuestra vida.

La dependencia emocional es, por eso, un estado en el que uno no es capaz de ser feliz si no se siente en contacto y vinculado al objeto en cuestión que representa de forma encubierta tales figuras. Sea cual sea su objeto, la dependencia se basa en un estado particular del sistema nervioso y su fisiología, y es por esto que tales afecciones pueden ser tratadas por medio de terapia psicofisiológica con técnicas de relajación y autocontrol, mediante un uso muy concreto de los hemisferios cerebrales, que se trabaja en este tipo de terapia, que lleva a la integración de los hemisferios y a un estado de auténtica independencia interna.

Muchas veces dependemos de las sustancias neuroquímicas que nos estimulan los objetos de nuestra dependencia, más que de los objetos mismos en sí.

Vasallaje sentimental y ejemplos cotidianos

Una modalidad importante de la dependencia emocional es la codependencia o dependencia emocional de pareja. La codependencia es la dependencia emocional establecida mutuamente en una relación de pareja con la otra persona. El modelo actual de matrimonio, muchas veces impuesto por creencias religiosas y estereotipos sociales, acaba desembocando en este tipo de relación, en la que los cónyuges se sienten atrapados sin quererlo, manteniendo una relación que en el fondo no les satisface: ella sobrecargada por el cuidado de los niños y las tareas domésticas sin ninguna ayuda del marido, sin tener ya tiempo para sí misma; y él refugiado en su trabajo, sin libertad para hacer lo que quiere y privado de la entrega sexual de su esposa.

Este tipo de relación suele expresarse con dichos del tipo «ni contigo ni sin ti», «mujeres, no se puede vivir con ellas ni sin ellas», «todos los hombres son iguales», etc. La codependencia suele provocar relaciones de tipo tormentoso que se expresan generalmente en una especie de tiranía y vasallaje sentimental entre los amantes, relación en la que ambos se sienten atrapados a pesar de no resultarles satisfactoria y gratificante.

Son muchas las barreras que impiden romper este tipo de relación, especialmente sociales, ya que la separación o el divorcio están mal vistos y sutilmente estigmatizados por un entorno cultural y religioso que sobreestima el valor de un modelo de familia idílica, en el que el amor realmente no existe y las personas se ven obligadas a permanecer aunque no estén contentas con su vida.

Este gabinete está especializado en terapia de pareja y dependencia emocional. Los problemas de dependencia emocional son más frecuentes de lo que puede parecer, y sus síntomas son claros y fáciles de identificar. Suelen experimentarse respecto a personas de nuestro entorno íntimo, familiares, amigos o especialmente con las parejas. Normalmente el padecer dependencia emocional de una pareja es indicador de que uno sufre dependencia emocional de otras figuras afectivas como los padres o los amigos más cercanos:

  • Miedo a la separación: necesidad de tener localizada constantemente a la persona y sentirse en contacto con ella, lo que se traduce en llamadas o mensajes frecuentes, que en muchos casos no obtienen respuesta o la respuesta se recibe con ambigüedad, sin transmitir la seguridad que se busca.
  • Necesidad de contacto y atención: angustia de separación, ansiedad o pena marcada, de manera que uno no consigue ser feliz y disfrutar si no es a través de esa persona, de estar con ella o sentir que le presta atención y afecto.
  • Planificación obsesiva: necesidad de organizar planes de cara a un futuro próximo que aseguren el contacto y la vinculación. Les cuesta despedirse de un plan sin afianzar el compromiso para el siguiente.
  • Obsesión por aprobación: necesidad excesiva de gestos de aprobación por parte de la otra persona, reafirmar la relación, sentir que no le quieren lo suficiente o que no le demuestran el afecto como deberían.
  • Idealización y contraidealización: sobrevalorar a la persona de la que se depende y subestimar las propias cualidades. Tras un enfado, pasar de la adoración al rechazo extremo, provocando rupturas y reconciliaciones.
  • Miedo a la soledad y a la ruptura: sensación de que sin esa persona uno no puede ser feliz ni salir adelante.
  • Vasallaje

Enfoque terapéutico de Cesáreo Hernández

En mi consulta en Vigo, abordo la dependencia emocional desde un enfoque integral que combina la psicoterapia profunda con técnicas de autocontrol psicofisiológico. El objetivo es llegar a la raíz de los vínculos afectivos patológicos y transformarlos en relaciones más sanas y conscientes.

El trabajo terapéutico implica analizar la historia personal, identificar los apegos infantiles que condicionan la forma de amar y diseñar pautas de comportamiento nuevas que fomenten la autonomía emocional, social y económica.

Una parte esencial del proceso es aprender técnicas de autocontrol para gestionar la angustia que surge al separarse de las personas de las que se depende emocionalmente. Se utilizan ejercicios de relajación, integración de hemisferios cerebrales y entrenamiento en hábitos de vida adultos y responsables.

Todo este proceso se adapta a cada persona y puede complementarse con terapia de pareja cuando sea necesario, para reforzar la toma de decisiones compartida y la reconstrucción de un vínculo más equilibrado y libre de manipulación o chantaje emocional.

Preguntas frecuentes sobre la dependencia emocional

¿Se puede superar la dependencia emocional sin terapia?

Es muy complicado. La mayoría de personas necesitan acompañamiento profesional para comprender sus apegos profundos, desmontar creencias erróneas sobre el amor y reeducar sus patrones de comportamiento. La terapia aporta herramientas prácticas y guía para lograr cambios duraderos.

¿La dependencia emocional es igual en hombres y mujeres?

Se manifiesta de forma parecida, pero con matices. Las mujeres suelen expresar la dependencia de forma más visible, buscando cercanía y contacto constante; los hombres tienden a camuflarla detrás de actitudes de control, celos o aislamiento emocional. En todos los casos, el origen suele estar en los vínculos infantiles.

¿Cuánto dura un proceso terapéutico para dependencia emocional?

El tiempo varía según la historia personal y la disposición de la persona para asumir cambios. En general, no existen soluciones rápidas: requiere trabajo emocional profundo, revisión de hábitos de vida y constancia. La duración media suele ir de unos meses a un par de años, dependiendo del grado de arraigo del problema.

¿Mi pareja debe acudir también a terapia?

No es imprescindible, aunque puede ser recomendable en casos de codependencia o conflictos recurrentes. En muchos casos, empezar por la terapia individual es suficiente para tomar conciencia, ganar fortaleza interior y tomar decisiones más sanas para la relación.

¿Puedo hacer la terapia online?

Sí. Ofrezco sesiones tanto presenciales en Vigo como online para adaptarme a tu situación y necesidades. Lo importante es empezar cuanto antes, estés donde estés.

Empieza hoy tu proceso de libertad emocional

Dejar atrás la dependencia emocional es posible, pero requiere valor para mirarse por dentro y dar pasos firmes hacia la autonomía. Si sientes que ya es el momento de liberarte de vínculos tóxicos y construir relaciones más sanas y conscientes, puedo acompañarte en cada etapa.

Ofrezco sesiones presenciales en Vigo y terapia online para adaptarme a ti, estés donde estés. Da el primer paso hoy.