PSICÓLOGO ESPECIALIZADO EN ANSIEDAD EN VIGO

Podemos ayudarte a resolver tu problema de ansiedad.

¿Por qué tengo ansiedad?

 

La ansiedad es una emoción primaria asociada al miedo que es necesaria para el desarrollo de la vida y la adaptación a las diversas situaciones en las que nos encontramos. Esto es así porque naturalmente constituye una manifestación negativa del estrés asociada a situaciones que exigen de un enfrentamiento y un rendimiento adecuado. El problema con la ansiedad se da cuando se convierte en una emoción recurrente, incapacitante y cronificada, en áreas como el trabajo o el amor, de la que derivan diferentes trastornos del comportamiento. Esto se relaciona con conflictos emocionales inconscientes no resueltos que son transferidos a diversas situaciones de la vida cotidiana, conflictos que deben de ser analizados para poder comprender el origen de la ansiedad y poder eliminarla. La combinación del análisis de los conflictos internos con la práctica de técnicas de relajación y autocontrol para el manejo de la ansiedad permite eliminarla de manera que esta quede reducida a sus manifestaciones naturales, que en una persona madura son mínimas.

 

¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?

La ansiedad como emoción primaria asociada al miedo da lugar a un concepto genérico del que se derivan diferentes trastornos que van desde algunas formas de estrés y la crisis de ansiedad aguda ante situaciones amorosas o laborales, a la ansiedad generalizada, pasando por las fobias especificas, la fobia social, la agorafobia o las afecciones obsesivo-compulsivas. A pesar de la diversidad de los cuadros en los que esta se presenta, se pueden sintetizar los síntomas de la ansiedad dividiéndolos en tres niveles principales: cognitivo-afectivos, fisiológicos y motores, aunque estos no se tienen que dar todos a la vez, sino que pueden darse combinaciones particulares de los mismos.

 

Síntomas fisiológicos de la ansiedad

Suelen ser los que más intensamente se experimentan, y responden a una activación fuerte y repentina del sistema nervioso simpático. Estos suelen ser:

– Parestesias u hormigueos en el estomago. El bajo abdomen se revuelve o se sufren pequeños calambres nerviosos en esa zona.

– Taquicardias o alteraciones en el ritmo cardíaco, que se pueden experimentar como palpitaciones.

– Calor en el aliento, el pecho y la cara interna de los muslos, que se sienten como con cierta “efervescencia” en esas zonas.

– Respiración entrecortada y agitada, sensación de ahogo o agobio.

– Flojedad repentina generalizada, que puede ir acompañada o no de tensión muscular, y que se experimenta especialmente en las extremidades.

– Sensación de nudo en la garganta, sequedad de boca y dificultades para tragar.

– Mareo, vértigo, sudores fríos y nauseas, en ocasiones.

 

Síntomas cognitivo-afectivos de la ansiedad

Son también muy característicos, si bien hay personas que no son del todo conscientes de ellos y por eso a veces no son tan evidentes, especialmente cuando la ansiedad no es en relación a algo específico detectable. Estos son:

– Miedo, sensación de inseguridad. A veces se expresa como miedo al miedo o al posible ataque de ansiedad.

– Sensación de vergüenza o ridículo, miedo a quedar en evidencia o quedar expuesto en la propia incompetencia, que suele asociarse al deseo intenso de hacer algo o acercarse a alguien.

– Sensación de que algo malo va a suceder que uno no puede controlar.

– Sensación de amenaza, peligro o perjuicio inminente al interés o a la integridad personal.

– Sensación de culpabilidad, rechazo o abandono a nuestra persona.

– Pensamientos negativos sobre uno mismo.

– Preocupación excesiva u obsesiva sobre algo.

– Dificultad para concentrarse o rendir en las tareas.

 

Síntomas motores de la ansiedad

Se refieren al propio comportamiento y actuación en las situaciones en las que esta aflora:

– Inquietud, movimiento excesivo o agitado.

– Evitar o escapar de las situaciones o personas que producen ansiedad, a veces a pesar de tener deseo intenso de las mismas.

– Llorar, exceso de tensión emotiva en el rostro.

– Quedarse paralizado, rígido o petrificado, quedarse en blanco.

– Fumar,

Analizaremos la causa real de la ansiedad que padeces.

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