Actualmente el desarrollo humano ha tomado diversas formas de ser abordado, de manera que cuando uno busca el desarrollo de su empresa, o su desarrollo personal, se encuentra con conceptos diversos, algunos muy recientes, como los de coaching, consultoría y asesoramiento filosófico, y otros no tanto, como los de formación, tutoría (mentoring) y psicoterapia. Aunque todos estos enfoques parecen presentarse como categorías bien definidas e independientes, la realidad no es esta, especialmente la realidad práctica, ya que un proceso de desarrollo humano, sea en lo personal, sea en los recursos humanos de una organización, debe de combinar diversas formas de intervención según el momento y las necesidades. Si esto no fuera así, el proceso de desarrollo se verá limitado a una de sus dimensiones, y en consecuencia, en el mejor de los casos, frenado.
Un proceso de coaching que trate de dejar fuera un enfoque psicológico más profundo, va a verse limitado al desarrollo de aprendizajes dirigidos a la consecución objetivos externos, si bien hay coaches que acaban haciendo de psicólogos o de asesores filosóficos, en los procesos que emprenden, por su competencia natural. Una psicoterapia per se, necesita acompañarse con elementos de planificación estratégica propios del coaching, y técnicas no directivas de asesoramiento filosófico. El asesoramiento filosófico requiere formación que lo complemente de manos de un mentor, tal y como Platón deja claro en «La República o el Estado», y un servicio de consultoría no se ciñe estrictamente al consejo y orientaciones de un experto, ya que un experto en consultoría debe de saber cuándo dejar que su cliente descubra por si mismo, y cuando guiarlo con su autoridad.
Por esta razón, este gabinete trata de cubrir todo el espectro del desarrollo humano, de manera que pueda tratar de una manera flexible, y en cada momento, las necesidades que surjan sin limitarse a un solo método de intervención. Este es nuestro valor, la capacidad de diseñar programas de intervención adaptados a las demandas del cliente, que combinen según sea necesario el coaching, la formación, la psicoterapia, la consultoría y el asesoramiento filosófico.