Actualmente existe una importante cultura sobre hábitos alimenticios saludables que cada vez está tomando más fuerza debido a los diversos problemas de alimentación y sobrepeso, tanto en pequeños como en adultos. Esto es muy importante ya que el equilibrio interno, físico y mental, depende en gran parte de la forma en la que comemos. Lo que sucede es que no hay tanto conocimiento sobre cómo podemos mantener sano nuestro sistema nervioso a través de la alimentación, ya que el mantenimiento y desarrollo de este depende de las sustancias que uno ingiere diariamente en sus comidas.
Hoy en día existe una fobia a las grasas y el colesterol basada, muchas veces, en complejos estéticos y sobre valoraciones de la importancia de la imagen corporal para el propio éxito personal. Este tipo de prejuicios suponen un importante obstáculo para mantener un sistema nervioso sano y en cotas de alto rendimiento, ya que el cerebro y todo el sistema nervioso puede decirse que «es de grasa». El caso es que las grasas que lo constituyen son de alta calidad, incluido el colesterol, y se encuentran presentes en ciertos alimentos que conviene conocer detalladamente para tener un aporte óptimo diario de estas sustancias.
El huevo es un buen ejemplo en este sentido, junto a muchos otros casos, de alimento altamente nutritivo y esencial para el sistema nervioso, que actualmente esta absolutamente censurado en las dietas saludables. Sin embargo, puede decirse que el cerebro «es de huevo», ya que la yema de este aporta una sustancia básica en la constitución de la membrana de las neuronas: los fosfolípidos. Las grasas que predominan en la yema de huevo son insaturadas, por lo que su contenido graso y su valor nutricional son altamente saludables, ya que el colesterol que aporta es, a su vez, de alta calidad y un componente importantísimo para la membrana de las neuronas. Por esta misma razón se dice que el huevo es un alimento relajante, ya que el mal estado de las membranas celulares es un factor generador de estrés.
En boca de un experto: «Una persona con el colesterol alto puede comer de 3 a 4 huevos a la semana, y una persona con buenos niveles de colesterol, uno diario». Todo depende, más bien, del nivel de ejercicio y actividad que se mantiene, y de la calidad de los huevos. (Pedro Mata, Presidente de la Fundación Española de Hipercolesterolemia Familiar, consultese «Comer o no comer» Ed. Planeta). Recientemente en un curso de técnicas de estudio para niños, de entre 8 y 14 años, les pregunté si el huevo es bueno o es malo; me respondieron: «lo blanco es bueno, lo malo es lo amarillo». ¿Cómo pueden opinar esto unos niños sobre uno de los alimentos más nutritivos que existen en la naturaleza?, !Qué importante es esto!, ¿quieres saber más?